El Tipo de Interés Nominal o TIN se trata de un porcentaje fijo que se pacta entre banco y cliente como concepto de pago por el dinero que el primero le ha prestado al segundo. Es decir, es el porcentaje de rentabilidad que recibe el banco por prestarnos dinero.
Normalmente, el TIN es una medida que se utiliza y se hace notar en contratos de imposiciones, depósitos, préstamos hipotecarios, préstamos personales, créditos, etc. Se trata de un coste del producto financiero; el coste de haber utilizado lo que el banco ha prestado al usuario.
En cuanto a la forma de calcular el tipo nominal anual, este se obtendría multiplicando el nominal del periodo y el número de periodos que hay en el año. Si el tipo nominal es mensual, el TIN anual se obtiene multiplicando el tipo nominal mensual por 12 (ya que si se paga de forma mensual, se pagarán 12 meses).
Entonces, ¿de qué me sirve el TIN?
Para el usuario corriente, el TIN es un indicador más del que se sirve la TAE que sí que le sirve. En concreto, la TAE es un índice útil para que los consumidores puedan saber si un determinado crédito hipotecario que le va a hacer un banco tiene mejores condiciones que otros bancos y poder compararlos.
El TAE incluye información acerca de las comisiones y plazos, por ejemplo, de estos productos financieros, siendo más realistas y más válidos del usuario para saber lo que le aporta una inversión y lo que le cuesta un crédito. Por tanto, le hace ser un indicador más fiable, correcto y útil antes que el TIN. No obstante, el TIN también da información, aunque no comparable ni de igual valía.
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