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En una sociedad de consumo como en la que vivimos, lo normal es contar con medios de pago que nos permitan realizar compras, tanto en comercios físicos como en tiendas online.

Actualmente, disponemos de diferentes métodos para pagar en todo tipo de establecimientos, aunque los más utilizados siguen siendo las clásicas tarjetas bancarias de crédito o débito.

Con las tarjetas de débito, los pagos o retiradas de efectivo se descuentan directamente de la cuenta bancaria de cada usuario, por lo que no hay peligro de gastar más dinero del que se tiene.

En cambio, con las tarjetas de crédito, la entidad bancaria hace a cada cliente un pequeño préstamo de dinero, que se debe devolver, generalmente, al final de cada mes.

En pleno siglo XXI, han irrumpido nuevos métodos de pago que garantizan total seguridad a los usuarios. Este es el caso, por ejemplo, de las tarjetas prepago, un tipo de tarjeta que permite operar sin la necesidad de tener una cuenta bancaria.

¿Qué son las tarjetas prepago y cómo funcionan?

Se calcula que, aproximadamente, un 78 % de los internautas mayores de 16 años en España hace compras por Internet. Es decir, unos 24,7 millones de españoles utilizan el comercio electrónico para hacer sus compras.


El auge del comercio electrónico ha contribuido al desarrollo de nuevas formas de pago que garantizan la seguridad de los usuarios que compran por Internet. Este es el caso de las tarjetas prepago, un tipo de tarjeta que permite operar sin tener una cuenta bancaria.

Con la tarjeta prepago, el proveedor del pago crea una especie de monedero electrónico con una cuenta online, conocida también como bankless account. Esto quiere decir que, para la mayoría de las transacciones, estas instituciones no necesitan recurrir a los bancos.

Las tarjetas prepago permiten, además, hacer todas las operaciones que se pueden hacer a través de una cuenta bancaria, como retiradas de efectivo, transferencias y todo tipo de pagos.

Para empezar a utilizar una tarjeta prepago, lo primero que se debe hacer es meter dinero en la tarjeta, teniendo en cuenta que, una vez que se agote esa cantidad, no se podrá volver a utilizar hasta que no se vuelva a recargar.

A diferencia de las tarjetas de crédito y débito, las tarjetas prepago tienen límites en las retiradas de efectivo, las recargas o los pagos mensuales o anuales, que varían dependiendo de la entidad bancaria.

¿Qué ventajas e inconvenientes tienen las tarjetas prepago?

Las tarjetas prepago o tarjetas monedero son uno de los productos financieros más accesibles y más demandados en la actualidad. Estas son las principales ventajas de este medio de pago:

Fácil acceso

Para tener una tarjeta prepago, no es necesario que un banco le haga un estudio de solvencia al usuario. Por ello, el acceso a este tipo de tarjeta es rápido y fácil.

Gastas solo el saldo disponible

Otra de las ventajas que aportan las tarjetas prepago es que nunca permiten gastar más dinero del saldo disponible. Además, el usuario puede consultar en todo momento el saldo que tiene la tarjeta, así como los recargos o las operaciones que ha realizado con la misma.

Son muy seguras

Para poder operar con una tarjeta prepago es necesario introducir el PIN para realizar cualquier pago. Por ello, son un medio de pago muy seguro, ya que, en caso de robo, el ladrón no podrá utilizarla o solo podrá gastar el saldo cargado.

Entre las principales desventajas de las tarjetas prepago, caben destacar que estas pueden tener comisiones asociadas por su uso. Además, este tipo de tarjeta no está cubierta por las leyes de protección al consumidor, como sí sucede con las tarjetas de crédito y débito.

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Última actualización del portal: 30/05/2023