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Desde el final de la era nómada, la silla o sucedáneos han sido un elemento esencial en la vida del hombre. El ámbito laboral se ha ido dividiendo entre los trabajos activos o inactivos, físicamente hablando.

En este artículo, nos centraremos en las profesiones que requieren menos actividad física. Mayoritariamente, estos trabajos están relacionados con trabajos de oficina. Por eso, se busca la mayor comodidad en los materiales utilizados para su fabricación.

Trabajar día tras día en una oficina parece una tarea sencilla. Solo tienes que sentarte, activar la mente y ponerte a trabajar. Mientras tanto, el cuerpo no realiza ninguna acción y así se suceden los días, en esa cotidianeidad indolora. Pero la realidad difiere de manera significativa con la práctica.

Estar sentado en una silla va causando estragos que, en principio son imperceptibles, pero a la larga, son irreversibles. La columna se ve debilitada y pierde elasticidad. Los músculos se degeneran y la circulación se ve entorpecida y ralentizada. Por eso, si no se puede evitar tanto sedentarismo, deberemos utilizar los materiales adecuados para optimizar la salud física.

En este caso, destacan las sillas ergonómicas, ya que se adaptan a nuestro cuerpo y nos ayudan a estar cómodos durante la jornada laboral, evitando los dolores en la espalda y las cervicales. Por tanto, ayuda a incrementar nuestra salud y nuestro rendimiento laboral.


Por este motivo, es importante que las empresas cuenten con este tipo de materiales en las oficinas. Para escoger la mejor opción, es recomendable calcular precios de sillas ergonómicas de oficina reacondicionadas.

¿Qué ventajas ofrecen este tipo de sillas a la hora de trabajar? A continuación, ¡lo comentamos!

Beneficios de utilizar sillas ergonómicas para trabajar

Las sillas ergonómicas son sillas que se adaptan a nuestra espalda, permitiéndonos reducir o evitar molestias y mejorar el rendimiento. Su fórmula es muy simple: se reducen los dolores y así podemos focalizar nuestra atención en la tarea que estamos desempeñando.

Al sentarnos en una silla común, el asiento y la estructura son rígidos. Ello hace que adoptemos una postura inadecuada y sujetemos de manera errónea la columna. De hecho, las cifras muestran que la baja por micro traumatismos dolorosos son las más habituales a lo largo de cada año.

A continuación, expondremos los beneficios que nos aportan las sillas ergonómicas:

  • Permiten regular la posición del respaldo: De este modo, la posición de nuestra espalda se mantiene en forma de “s”. Además, algunas sillas más modernas tienen memoria incluida, es decir, no tienes que estar recolocándola todas las veces que la uses.
  • Facilitan el movimiento: Es muy interesante la gran estabilidad que aportan, ya que la libertad de movimiento que ofrecen los modelos clásicos acaba siendo contraproducente.
  • Se puede adaptar la altura del asiento: Se trata de un aspecto muy útil para mejorar nuestra postura.  Precisamente, los expertos aconsejan que las piernas deben estar a unos 90º y los pies deben tocar el suelo. Ello evita la sobrecarga en la parte inferior del cuerpo y minimiza los daños físicos internos.
  • Uso que se le va a dar: En la mayoría de trabajos, en concreto los de oficina, la acción principal es estar sentado. Por ello, se necesita una silla cómoda que nos ayude a mejorar nuestra postura.

Como hemos podido ver, las sillas ergonómicas son una gran opción porque reducen los dolores lumbares y de espalda, ayudan a mejorar la postura corporal e incrementar nuestro rendimiento.

Existen muchos modelos y opciones, por lo que es importante analizar cuáles son las necesidades de los trabajadores y decantarte por un modelo asequible que cuente con todas las características que los empleados necesitan para rendir a lo largo de la jornada laboral.

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