Demanda

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La demanda se refiere a la cantidad de un producto o servicio que los consumidores quieren adquirir. Por tanto, comprende una gran variedad de bienes y servicios que se adquieren a precio de mercado para satisfacer las necesidades y deseos.


Estos bienes y servicios pueden ser cosas como la alimentación, los medios de transporte, la educación, entre muchas otras. Es por ello, que casi todas las personas se consideran «demandantes» hoy en día.

Factores que condicionan la demanda

Como es natural, existen factores que hacen que la demanda suba o baje. Por ello, hay que tenerlos en cuenta e identificarlos para poder tomar decisiones o regular de alguna forma  y, así, evitar anomalías en el mercado. Dentro de estos factores, destacamos los siguientes.

  • Precio: influye directamente en la demanda de bienes y servicios. Si, por ejemplo, un teléfono móvil sube de precio, esto hará que menos gente pueda o esté dispuesta a comprarlo.
  • Oferta: se refiere a la disposición de los bienes y servicios. Un ejemplo sería cuando la cosecha de algún producto alimentario se ve afectada por un cambio en el clima. En este sentido, habrá menos cantidad ofertada y la gente estará dispuesta a pagar más, por lo que el precio subirá.
  • Lugar: es el espacio (físico o virtual) donde se venden los productos o servicios. Los costes de transporte influirán en los precios de los productos.
  • Renta de los demandantes: se refiere a la capacidad de pago de los consumidores. De esta forma, un consumidor no comprará un producto o servicio que no puede pagar.
  • Deseos y necesidades: si un consumidor desea o necesita comprar un producto o servicio que no se oferta en el lugar donde vive, estará dispuesto a pagar más.

En definitiva, la demanda es una fuerza que posibilita el funcionamiento del mercado. Esta determina la cantidad de productos que se deben producir y ofertar, así como el precio de venta. Asimismo, son los consumidores los que influyen sobre la variación de la demanda.