Retenciones fiscales

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La retención se trata de la parte del salario que no se percibe por un usuario ya que pasa a ser pagada como impuesto o para pagar una deuda pendiente. Se trata, pues, de un método para asegurar el pago de dicho impuesto.

No obstante, las retenciones no solo son de índole salarial, sino que también afecta a los ingresos. De esta forma, se evita las distorsiones del mercado así como la redistribución de la riqueza, a la vez que se aprovechan ventajas comparativas de un país.

Por tanto, las retenciones son las cantidades que se retienen de las facturas de las personas físicas (y no de las empresas), a través del IRPF de los ingresos que perciben los trabajadores: si eres trabajador por cuenta ajena, se descuenta de la nómina; si trabajas como autónomo, se descuenta de las facturas.


¿Cuál es la finalidad de estas retenciones?

Hacienda realiza las retenciones para:

  • Que el Estado recaude ingresos para poder garantizar su funcionamiento.
  • Que el Estado se asegure de que el trabajador cumple sus obligaciones, evitando así los fraudes fiscales y aumentando de forma directa la recaudación y su eficiencia.

Muchos difieren sobre lo ético o no que es proceder con las retenciones, pues lo lógico sería que después de recibir el salario se retuviera la cantidad a pagar como IRPF (Impuesto de Renta de las Personas Físicas). No obstante, como se ha indicado en la primera necesidad, la finalidad de hacer de forma directa del IRPF es evitar el fraude fiscal, así como garantizar su funcionamiento.

De otra forma, esto no sería posible y el fraude fiscal que hubiese en un país se vería aumentado a causa del impago de las obligaciones de los contribuyentes.