Interés compuesto

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El interés compuesto es ese tipo de interés que añade al capital los intereses generados, por lo que el interés compuesto se calcula sobre los propios intereses.

Esto se traduce en un efecto multiplicador del dinero, pues además de generar dinero con la inversión inicial, los intereses que dicha inversión ha tenido pasan a formar parte tanto del dinero obtenido como la base sobre la que se calcula el interés compuesto.

¿Cómo funciona el interés compuesto?

De esta forma, podríamos decir que con el interés compuesto los propios intereses generan más intereses.

Un claro ejemplo de este tipo de interés compuesto son las cuentas corrientes de un banco, ya que los intereses que genera el capital de esa cuenta se ingresan en la misma cuenta junto al capital que ya había y se vuelven a calcular los intereses del siguiente periodo.


Este funcionamiento lo diferencia del interés simple, con el cual los intereses no son acumulativos.

No obstante, esto no quiere decir que el interés compuesto sólo se aplique para generar ganancias, sino que también puede generar gastos. Este sería el caso de los préstamos u hipotecas en los que se aplica un interés compuesto, que suele ser en la mayoría de préstamos que superan el año de duración (aunque como en todo puede haber alguna excepción que aplique el interés simple que se aplica a los préstamos de corto plazo).

En este caso los intereses se suman al capital que nos han prestado y que debemos, por lo que la cantidad a pagar irá aumentando con el paso del tiempo y la suma de los intereses que se han generado en dicho periodo.

¿El interés compuesto se puede calcular?

Existe la posibilidad de calcular el interés compuesto que vamos a cobrar o a pagar si aplicamos la siguiente fórmula:

  • Capital final resultante = capital inicial (1 + tasa de interés) periodo de tiempo considerado