Solvencia

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La solvencia es la capacidad que tiene una persona física o jurídica para hacer frente a las obligaciones financieras que tenga o, lo que es lo mismo, su capacidad de poder devolver las deudas que haya contraído o contraerá.

La solvencia es un indicador muy tenido en cuenta por acreedores: les permite tomar decisiones sobre saber si conviene o no conceder financiación a una empresa, analizando su situación financiera.

La solvencia financiera hace referencia la posibilidad de una empresa de hacer frente a sus obligaciones al largo plazo, mientras que el concepto de liquidez lo está más indicado para el corto plazo.

¿Cómo se mide la solvencia de una determinada empresa?

Lo más común es que, para ello, se utilice un ratio de solvencia. Podemos destacar el ratio de deuda (que se calcula dividiendo el total de la deuda entre los activos de la empresa) y el ratio de apalancamiento (se divide el total de activos entre su patrimonio neto).


También se puede tener en cuenta, para calcular la solvencia, la liquidez de una empresa. Se pueden utilizar ratios de liquidez, como el de liquidez corriente que mide la relación existente entre activos corrientes y el pasivo de una empresa.

En algunos casos, también se puede recurrir a agencias de calificación, que estudian algunos parámetros de la empresa para indicar el nivel de solvencia que se tiene.

¿Qué implica la solvencia?

La solvencia ayuda a las empresas y estados a poder financiarse ya que presenta facilidad a la hora de poder devolver aquello que pidan prestado. El riesgo es un factor fundamental y que juega en contra de esta situación, por lo que determinará que una empresa o persona sea más o menos solvente.