Quiebra
Cuando un negocio no tiene suficiente liquidez para realizar el pago de sus deudas se declara en quiebra, en eso consiste este concepto económico. En concreto, la quiebra consiste es una situación económica en la que la empresa o el empresario no puede afrontar el pago a sus acreedores, ya que la cantidad que les debe es mayor que los recursos económicos que genera.
¿Qué características tiene una quiebra?
Como resultado de dicha quiebra, la empresa entra en concurso de acreedores o proceso concursal, mediante el cual se valora si es posible liquidar el patrimonio del negocio en quiebra y así poder afrontar las deudas y las obligaciones económicas pendientes.
Cuando una empresa o una persona se declara en quiebra se le designa como quebrada o fallida. Además, la quiebra está regulada jurídicamente por el Código de Comercio, quien establece que el primer paso es declararse en quiebra y automáticamente suspender los pagos a los acreedores.
Pese a que se suele confundir la quiebra con la suspensión de pagos, la situación de bancarrota en una quiebra se caracteriza por ser permanente, mientras que en una suspensión de pagos no. De ahí que haya que llevar a cabo medidas ante estas dificultades de pago.
Otra de las peculiaridades es que en dicho periodo los acreedores no pueden emprender ninguna acción legal contra el quebrado. No obstante, sí que habrá un administrador designado para gestionar los recursos disponibles y la venta de patrimonio con los que poder hacer frente al pago de las deudas en el orden que éste determine.
¿Existen varios tipos de quiebra o siempre es igual?
En función de los motivos de la quiebra, esta puede ser clasificada de la siguiente manera:
- Quiebra fortuita: no existe intencionalidad por parte del empresario.
- Quiebra culpable: cuando no se cumplen las obligaciones por parte de la empresa o el empresario.
- Quiebra fraudulenta: existe una predisposición en el empresario a no devolver el capital a los acreedores y así estafarles el dinero prestado.
Una de las opciones que tenemos para evitar la quiebra es conocer el plazo de recuperación de la inversión antes de realizarla, ya que cuánto más tardemos en recuperarla más riesgo de quiebra hay dado que la incertidumbre es mayor. Para saber ese plazo podemos calcular el payback y en base al resultado decidir si nos conviene arriesgarnos o no.