Deducciones fiscales
Una deducción fiscal es la aminoración de los impuestos que un determinado contribuyente debe dar a Hacienda, según los parámetros que se recogen en la legislación vigente.
En el caso de España, tanto autónomos como empresas pueden beneficiarse de esta reducción en su contribución tributaria a Hacienda. Los gastos derivados de la actividad profesional o económica de la empresa o autónomo son los afectados por dicha deducción.
¿Qué gastos son deducibles?
Los gastos a los que le afectan dicha deducción fiscal y, por tanto, son gastos deducibles los establece el legislador en cuestión. No obstante, este tipo de deducciones cambia según el país en el que nos encontremos, ya que el legislador puede marcar diferentes pautas según el país.
Eso sí, debemos tener en cuenta que dicha deducción de gasto o inversión debe estar relacionado con alguna actividad económica que el agente haya realizado. Además, debe de cumplir los siguientes requisitos:
- Que dicho gasto o inversión quede registrado contablemente en el libro que le corresponde
- Que tenga una factura que indique en qué consiste dicho gasto o inversión
- Que el gasto o la inversión sea imprescindible para que la empresa funcione
¿Es lo mismo deducción fiscal que exención fiscal o bonificaciones a la Seguridad Social?
La respuesta es NO a ambos. Y vamos a ver por qué.
En primer lugar, el concepto de deducción fiscal es diferente al de exención fiscal. La exención fiscal se trata de un impuesto que no se paga; mientras que la deducción fiscal sí tiene en cuenta el impuesto (que se supone se ha pagado), aunque debido a condiciones fijadas por ley se devolverá en un futuro a la persona que lo haya pagado.
Por otro lado, las bonificaciones a la Seguridad Social tampoco es lo mismo a deducción fiscal. Dichas bonificaciones son gestionadas por la Seguridad Social, órgano distinto al que gestiona las deducciones (que, como bien sabemos, es la Agencia Tributaria de España). Además, el concepto en sí es diferente: la bonificación es una reducción en la cuota que autónomos o empresas pagan a la Seguridad Social debido a su actividad, siendo regulada de una manera diferente.