Ahorro

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El ahorro hace referencia a la parte de las rentas de un individuo que decide no invertir ni destinarlo al consumo.

Dicha cantidad se queda como reserva para futuras necesidades o contigencias, evitando el peligro que se puede acarrear en una inversión. En este sentido, se convierte en una de las prácticas más importantes dentro del agente económico de las familias, aunque solo se conseguirá gracias a una planificación patrimonial óptima.

Entra en juego, por tanto, un factor cultural a la hora de decidir si invertir o ahorrar el dinero. En algunos países sí se tiene bien visto ahorrar (como Japón), mientras que en otros no tanto (sobre todo en los capitalistas).


Son muchas las entidades financieras y bancos que se aprovechan de esta situación ofreciendo productos financieros a sus usuarios para ayudarles a ahorrar. Los más comunes son los asociados a renta fija y a variable, como los planes de pensiones o planes de jubilación.

También cabe señalar la aparición del concepto de coste de oportunidad, ya que el ahorro significa decidir no invertir nuestro dinero en el presente para hacerlo, quizá, en el futuro. Si lo vemos así, en cierto modo sí se estaría asumiendo cierto riesgo.

Ahorro público y privado

Dos tipos de ahorro:

  • Ahorro público. Es el ahorro del Estado. Como objetivo tiene cubrir provisiones futuras para evitar gastos públicos inesperados futuros. También ayuda a mantener el estado del bienestar (como, por ejemplo, las pensiones).
  • Ahorro privado. Es el ahorro familiar que, como hemos comentado, puede variar siendo escaso o variado. La escasez también puede deberse a la situación familiar (que los miembros estén desempleados o que su salario no le permitan ahorrar).