Trabajador activo
Un trabajador activo es aquella persona que percibe ciertos rendimientos del trabajo por haberse prestado en mostrar sus esfuerzos en servicios retribuidos por cuenta ajena (para una organización u otra persona) o propia.
Es el componente llamado capital humano de la empresa y que sin él sería imposible llevar a cabo las actividades de la empresa. Se encarga de labores como administración, finanzas, económicas, marketing, operarias y una infinidad más. Dicha persona debe desarrollar una actividad laboral y no encontrarse desempleado, ni prejubilada, ... para poder recibir un salario como trabajador.
¿Cuál es el origen del trabajador activo?
El concepto de trabajador es muy antiguo. No obstante, no es hasta el siglo XVIII cuando en las sociedades se tiene en consideración esta figura y la importancia para poder conseguir un salario. El concepto estaba más relacionado con el sector obrero y, además, se asociaba a uno de los sectores de la sociedad más bajo: el pueblo llano.
Hoy en día el concepto engloba a todo tipo de trabajadores (sin importar el puesto que asuman) y que realicen una actividad que sea digna de recibir un salario por ella. Es decir, actividades laborales que conlleven la creación de valor y de empeño por parte de una determinada persona (que es el trabajador activo).
Los trabajadores en activo tienen que formalizar un contrato de trabajo. Se trata de un documento firmado entre el trabajador y la empresa o persona a la que se trabaja y en el que se establecen las diferentes condiciones por las que se prestará las labores de trabajo. Un documento indispensable que se formaliza siempre que un trabajador empieza a cumplir sus funciones.