Depreciación

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En contabilidad, la depreciación se refiere a dos vertientes del mismo concepto. En primer lugar, la depreciación es la disminución real del valor razonable de un activo. Por ejemplo, la disminución del valor de los equipos de fábrica cada año a medida que se utilizan y se desgastan.

En segundo lugar, la depreciación es la atribución en los informes contables del costo original de los activos a los períodos en que estos se utilizan (depreciación con el principio de correspondencia).

¿Cómo funciona la depreciación y a qué afecta?

Las empresas deprecian los activos a largo plazo tanto a efectos contables como a efectos fiscales. La disminución del valor del activo afecta al balance de una empresa. Es importante que recordemos que no da lugar a ninguna salida de efectivo; solo significa que el activo no vale tanto como antes.


El método de depreciación del activo, desde el punto de vista contable, afecta a los ingresos netos. Por lo general, el costo se asigna como gasto de depreciación entre los períodos en que se espera que se utilice el activo. Los métodos de cálculo de la depreciación pueden variar entre los tipos de activos dentro de la misma empresa.

Cómo se calcula la depreciación

Existen varios métodos para calcular los gastos de depreciación, entre ellos los de la línea recta, la reducción de saldos, la suma de los dígitos y método de unidades de producción. El gasto de depreciación generalmente comienza cuando el activo se pone en servicio.

La depreciación puede derivarse de tres razones principales: el desgaste debido al uso, el paso del tiempo y la vejez.

En definitiva, realizar el cálculo de las depreciaciones es muy útil para nuestra empresa. Pues, nos ayudará a prever y deducir gastos futuros a través de la creación de un fondo de reservas.